Muchos de ONA primaria de demandas, sin embargo, afecta a la parte inferior de la línea de operaciones del hospital de la línea de base necesario para la adecuada dotación de personal. La falta de personal es parcialmente una función de una escasez de profesionales capacitados—irónicamente, la enseñanza de la enfermería paga mucho menos que ser una enfermera, que no es un back-end de crisis de la educación en la que el sistema está fallando para producir la fuerza de trabajo necesaria para satisfacer la demanda.

Uno podría pensar que esto haría que las enfermeras más valiosa en el mercado de trabajo. Sin embargo, cuidado de la salud en los estados unidos no es un "mercado libre" sistema dominado por la especulación, la salud en este país es no controlada por la demanda, y no por proveedores, por medio de un gran intermediario "gestión de la salud" del sistema integrado de compañías de seguros y otras entidades cuyo principal 'valor añadido' para que el sistema se encuentra en su capacidad para extraer gran beneficio al menos no por negar servicios a los que teóricamente 'cubierto' de los individuos, es decir, de personas que han pagado por el seguro médico que se le niega la cobertura para salvar la vida de reclamaciones.

Además, Oregon es un vasto y, en muchos lugares, escasamente pobladas del estado. La mayor parte de Oregon de la población vive en el área metropolitana de Portland, podría decirse que se extiende al sur a lo largo de la I-5 del corredor sur, a través del capitolio del estado de Salem a Eugene, la sede de la estatal universidad del sistema. Luego está el 'resto' de Oregon, sur y este, vastas extensiones donde un 'gran ciudad' podría tener entre 50 y 100,000 habitantes y muchas ciudades y pueblos tienen residencial números en los cientos. Los servicios pueden ser difíciles de acceder físicamente, que requieren unidades de cientos de kilómetros, y hay poco incentivo de ganancias de los capitalistas de la salud para proporcionar más inmediatas de la infraestructura a las zonas rurales del estado.

La prestación de más servicios con menos personal, es una Rentabilidad 101 estrategia, pero a diferencia de decir o paquete de entretenimiento de la entrega, el cuidado de la salud todavía requiere de un alto grado de uno-a-uno de la interacción humana en todas las etapas de sus servicios. Un beneficio-escurridor de la alternativa, entonces, es muy understaff los servicios prestados, y la llamada es suficiente. Dejando de lado ONA demandas en torno a la igualdad de remuneración y adecuada del costo de la vida ajustes, esta es la verdadera crisis que por debajo de ella. La situación es tan mala que la de Oregon movimiento obrero hizo un final de ejecución de todo el proceso de negociación, y consiguió que la legislatura del estado para pasar el personal del hospital/de la paciente la relación de las leyes que requieren que los pacientes se proporciona una atención adecuada a través de un adecuado hospital de dotación de personal. Providencia, entre otros, ha sido profundamente resistentes a cumplir con estas leyes.

Además, la reciente privatización de la Providencia, en particular, ha traído consigo una nueva gestión que quiere más o menos limpie la junta (representado por la negociación colectiva de las ganancias a lo largo del tiempo) y 'un nuevo comienzo' algo parecido a cuando la gestión de los incendios de todo el mundo y les hace volver a aplicar sus viejos trabajos bajo los nuevos términos y condiciones. La providencia y la ONA ha sido la negociación de un nuevo contrato durante años. La administración no ha negociado de buena fe, de encuentro con poca frecuencia con ONA del equipo de negociación, y que ofrece poco o ningún movimiento en las propuestas que hacemos. Por todas las apariencias, la administración parece estar en la "última oferta" modo sin decir así, porque, por supuesto, si lo dijo así, de la ley de trabajo sería adelantar el proceso, la imposición de un proceso de arbitraje que podría ser más justo que lo que la administración tiene en cuenta que, incluso si el arbitraje amenaza pérdidas significativas para las enfermeras, por lo tanto de mano de obra en general de la renuencia a cambiar el destino de un acuerdo de negociación colectiva (CBA) a la tierna misericordia de arbitraje.

El verano pasado, la Providencia enfermeras led de tres días de la huelga de la Providencia en los hospitales de todo el estado, que se convirtió en un bloqueo cuando la administración se negó a dejar que las enfermeras volver a trabajar, la semana antes de que se había contratado con la costra de las agencias. La actual huelga es indeterminada, indefinida, y se ha visto que las enfermeras de los piquetes para ir en un mes, a veces en tiempo de invierno severo, sin final a la vista.

Las donaciones a la ONA Fondo de Huelga se pueden hacer en:
https://www.gofundme.com/f/support-the-providence-strike-fund
Incluso muy pequeñas donaciones son significativas expresiones de solidaridad, y se suman.

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The argument was over priorities. Several unions, including the SEIU, had argued for a shift in emphasis, away from the more classical “business unionism” of the Cold War, in which labor-management cooperation was highly valued and at least some heavy lifting on labor’s agenda was done, not by labor itself, but by “rewarding (political) friends and punishing enemies” at the ballot box. These diffident unions argued that better results would be achieved by building the unions themselves—organizing the unorganized, educating members and non-members about what unions are and how they work, and by a greater willingness to confront management in worksites, over petitioning various levels of government to act on labor’s behalf when labor didn’t have the strength to win its gains in industries.

When the AFL-CIO stymied such reform efforts, the SEIU and other unions broke away, founding instead something called the “Change to Win Coalition,” which proceeded to do what it had been advocating for the Federation do. And over time, CTW had the gains to show for it. In the intervening couple of decades, the AFL-CIO itself has changed, reorienting much of its overall operations along the lines originally advocated by Change to Win. An example would be the new directions recently taken by the United Auto Workers (UAW).

In the end, having won the argument, it made little sense to remain outside of the Federation, and its leadership. The re-affiliation of the SEIU to the AFL-CIO brings the latter’s overall number from 12 million to 14.9 million. Given the storm clouds already heralding the second Trump regime, such unity will be essential to confront it, to hold ground, and even to make gains, regardless of Washington’s policy.

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